Mi proceso de creación de un texto, nace de una inspiración, que más tarde se
convierte en idea.
Todo sentimiento fluye y la magia de la pluma hace el resto.
En la mayoría de los casos pienso un texto, hago el boceto y lo plasmó al papel.
Cuando empiezo a leerlo, mi mente insatisfecha y perfeccionista, me hace que
cambie la mitad del relato.
¿Crees que eso es raro?
Igual un poco sí, pero desde niña mi cabeza va más rápido que mi razón.
Soy muy imaginativa, hasta el punto de creer que el relato que estoy
redactando, se vuelve real y tiene vida propia, como le pasó a Pinocho.
Si tus palabras las redactas con amor, sensibilidad y humanidad, tendrás la
fórmula secreta para crear grandes relatos.
De esos que cogen vuelo y las letras se convierten en viajeras.
Cierra los ojos, extiende las manos y espera a que la magia ocurra.
Y llegue a ellas un relato que te haga sentir, alegría, tristeza, fuerza, o tal vez
esperanza.
El arte de escribir es el equilibrio de plasmar sentimientos y palabras clave para
que el lector centre toda la atención en ellas y se enriquezca con su contenido.
¿Piensas mientras escribes?
¿Te dejás llevar por el corazón?
Cuentame tu proceso de creación, me encantará leerte en comentarios.